Nuestro rostro debemos cuidarlo con innumerables prácticas para tenerlo
saludable. Para ello, nos preocupamos de mantener un cutis hidratado,
humectado, exfoliado y combatimos a diario con las arrugas, manchas, papada y
la temida flacidez facial. Esta última
es una de las manifestaciones más temidas por las mujeres cuando comienza a
pasar el tiempo.
El descolgamiento del rostro o flacidez facial se produce cuando el
tejido conectivo (estructura encargada
de mantener la unión entre la musculatura y la piel) se debilita
progresivamente. Posterior a esto, nuestra piel comienza a perder su
versatilidad de adaptación a la musculatura. Esto produce la flacidez del
párpado superior, del cuello (o doble papada) y la pesadez del pómulo.
Inevitablemente, el ser humano tendrá flacidez en su rostro a medida que
pasan los años. Esto es una consecuencia inevitable del paso del tiempo.
Generalmente primero se produce en los párpado superiores, luego en los pómulos
y posteriormente en el cuello, dando origen a la doble papada.
Lamentablemente, con el paso del tiempo la piel deja de producir
colágeno, elastina, ácido hialurónico, produciendo un descolgamiento paulatino
de algunas partes de rostro.
Luego de los 30 años de edad, la piel comienza a pasarnos la cuenta en
el cuidado que le hemos dado, produciéndose notorios cambios que delatan la
preocupación que le dimos a nuestro cutis en años anteriores.
Inevitablemente el rostro y cuello se ven afectados porque esas zonas
son sumamente sensibles y delicadas. Si a esto sumamos los efectos de
agresiones externas como la prolongada exposición al sol, la mala alimentación,
la falta de cuidados, el consumo de tabaco y alcohol los resultados serán aún
peores.
La flacidez del rostro comienza por la aparición de leves líneas de
expresión en nuestra cara, luego los músculos faciales comienzan a decaer
formando profundas arrugas, surcos y en algunos casos, papada.
Existen variadas técnicas para aminorar el impacto en nuestro rostro
ante la temida flacidez. Hay tratamientos que realiza la cosmetología como
excelente arma para prevenir la aparición temprana de la flacidez cutánea, pero
para que sea realmente efectiva en nuestros rostros, deben ser puestas en
práctica desde los 30 años de edad.
Métodos para disminuir la flacidez facial
Tratamiento médicos:
Debes realizar masajes y ejercicios faciales que ayudarán a oxigenar los
tejidos mejorando la apariencia y tonicidad.
El bótox tiene una propiedad de tensar la musculatura facial y eliminar
las arrugas. Este es un procedimiento sumamente utilizado para terminar con
flacidez facial y líneas de expresión.
Otra de las técnicas utilizadas para terminar con la flacidez facial es
la terapia de radiofrecuencia. Este método hace que la piel secrete una mayor cantidad
de colágeno y elastina, elementos que retrazan la aparición de arrugas en el
rostro.
La electroestimulación tonifica la musculatura de la cara haciendo que
recupere su tonicidad original y eliminando la flacidez.
El drenaje linfático ayuda a eliminar las toxinas y disminuye la
retención de líquidos, desintoxicando la piel.
Estos métodos tienen contraindicaciones para mujeres embarazadas, en
período de lactancia, personas que tengan con marcapsos, que sufran de
epilepsia o alérgicas al ibuprofeno, entre otros. Es necesario que te informes
con tu doctor para no tener problemas.
Durante la juventud, nuestra piel mantiene un aspecto terso y saludable
gracias a la producción continua de colágeno, elastina y ácido hialurónico. Con
el paso de los años, la piel va disminuyendo de grosor, se vuelve más sensible
y la producción de colágeno es menor, lo que provoca la aparición de arrugas y
flacidez facial.
Por esta razón, debemos cuidar nuestra piel de adentro hacia fuera. Por
un lado, beber la cantidad mínima de diaria de agua y consumir nutrientes
necesarios para la correcta regeneración de tejidos, hidratación y otros. Y por
el otro, realizarte mascarillas adecuadas para tu tipo de piel y aplicarlas
constantemente.
Natalie Becerra López
Cosmetóloga y Esteticista
http://www.maquillajeprofesional.cl