sábado, 28 de julio de 2012




Ho'oponopono es un proceso simple.

Para los antiguos hawaianos, todos los problemas se empiezan a gestar en los pensamientos. Tener pensamientos no es el problema. El problema está en todos nuestros pensamientos que se encuentren llenos de memorias dolorosas sobre personas, lugares o cosas. Nosotros somos la suma total de todas nuestras experiencias, lo que significia que estamos sobrecargados con nuestras experiencias del pasado. Cuando nosotros experimentamos stress o miedo en nuestras vidas, si miramos con cuidado, nos daríamos cuenta que la causa esta situada en nuestra memoria. Son las emociones que estan ligadas a estasmemorias que nos afectan ahora. El subconcente asocia una acción o una persona en el presente con algo que paso en el pasado. Cuando esto ocurre, las emociones son activadas y se produce el stress.

El intelecto como tal no puede solucionar esos problemas porque él solamente gestiona procesos. Gestionar cosas no soluciona los problemas del todo. Tienes que dejar que fluyan.
Cuando se hace Hoo-Ponopono, la Divinidad se hace cargo de los pensamientos dolorosos, los neutraliza y los purifica. Haciendo Ho'o-Ponopono, tú no purificas personas, lugares o cosa alguna. En cambio, neutralizas la energía dolorosa que tú asocias con esas personas, lugares o cosas. Así que la primera etapa para hacer Ho'o-Ponopono es purificar energías.
Entonces tiene lugar algo maravilloso, No solamente la energía queda neutralizada, sino que se desprende, desaparece, quedando en su lugar una nueva página vacía en blanco, vacía, donde escribir de nuevo otra realidad. La etapa final es permitirle a la Divinidad hacer acto de presencia y rellenar el vacío de esa página en blanco con Luz Divina.

Para hacer Hoo-Ponopono no necesitas saber cual fue el error cometido o cual fue el problema. Apenas necesitas percibir la existencia de situaciones físicas, mentales o emocionales que te estén abrumando. Cuando lo hagas, tu responsabilidad estriba en comenzar inmediatamente a sanar la esencia de tales situaciones, diciendo simplemente: "Lo lamento. Por favor perdón


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sábado, 14 de julio de 2012

NUEVE MÁXIMAS ORIENTALES




  1. Serenidad.
Sé tranquilo en tu interior. Deja que esa paz y esa alegría interior irradien a través de un semblante sereno. Un semblante sereno es pacífico, sonriente, serio y no muestra ninguna emoción violenta. Es como la superficie de un lago en calma.

  1. Regularidad.
Sé regular en tus hábitos diarios, en tus prácticas espirituales y en tu trabajo. Levántate siempre a la misma hora. Sé puntual en tus actividades. Eso te liberará de preocupaciones y ansiedades. Harás siempre lo correcto en el justo momento.

  1. Sinceridad.
Deja que tus palabras coincidan con tus pensamientos. Deja que tus acciones coincidan con tus palabras. Deja que haya armonía entre tus pensamientos, palabras y acciones.

  1. Simplicidad.
Sé natural. Habla con sencillez. No retuerzas las palabras, ni los tópicos. Sé llano. Evita la diplomacia, el disimulo y la sinuosidad.

  1. Veracidad.
Sé veraz. Cumple tus promesas. No exageres ni retuerzas los hechos. Piensa dos veces antes de hablar. Habla dulcemente y sé preciso en lo que dices.

  1. Humildad.
No alardees de tu nacimiento, posición, cualidades o logros espirituales. Recuerda la naturaleza evanescente de todas las cosas. Elogia a otros. Ve a Dios en todos. Trata incluso a la más pequeña de las criaturas como a tu igual.
  1. Tranquilidad.
La irritabilidad es precursora de violentas explosiones de cólera. Vigila las alteraciones del equilibrio mental. Observa las pequeñas olas de cólera que rizan el lago de tu mente. No permitas que adquieran grandes proporciones. Entonces alcanzarás un estado de no irritabilidad, de paz y amor.
  1. Ecuanimidad.
Ten calma. Soporta pacientemente el insulto, la injuria, el sufrimiento, el fracaso y la falta de respeto. No te engrías con la alabanza, el éxito y los honores. En ambas situaciones mantén una actitud equilibrada. Obra igual con los amigos y con los enemigos. No dejes nunca que nada disturbe tu paz interior.
  1. Fijeza.
Recuerda que una mente inconstante no tiene posibilidades de alcanzar nada. Despierta tu discriminación. Elige tu ideal. Tenlo siempre presente. No dejes que tu mente se aparte de él ni un sólo momento.

Rubén Fernández, Bs. As., Argentina