sábado, 16 de junio de 2012

Auto ayuda


Nuestra voz interior nunca descansa:

Desde que despertamos hasta en el mismo instante de conciliar nuestro sueño reparador, para reencontrarnos con el despertar de la mañana siguiente, nuestra mente no para un instante de saltar de pensamiento en pensamiento, es un constante paso de imágenes e ideas que no callan nunca. 

Una herramienta a utilizar y poner limites a tal desborde de pensamientos es la practica frecuente de la meditación es una buena forma de ponerle fin al desborde de ideas, preocupaciones, y falta de tiempo en nuestro diario vivir, pudiendo al fin, descansar y controlar nuestros pensamientos.

Siempre nos encontramos inmersos en nuestros propios asuntos que la mayoría de las veces pasamos por alto este ruido, es muy cierto que no se pude controlar la toxicidad acústica que nos rodea (la oficina, en la calle los autos con sus bocinas, gente con poca paciencia en los cruces de avenidas, transeúntes sumergidos en sus propios conflictos, etc. es un todo estresante que tenemos que aprender a aceptarlo actuando de una manera diferente, que es reconocer que hay otro ruido que sí podemos silenciar: y lo llamamos ruido interior.

No podemos dejar de pensar, pero si podemos mejorar nuestra forma de pensar gracias a la meditación. Con la practica frecuente de esta técnica, se adquiere el habito de usar muestra mente; no de ser usados por ella. Esto quiere decir que los pensamientos serán reordenados, reeducados, donde con la simple practica de control podemos mejorar nuestra calidad de pensamientos.

El aquietar nuestra mente, genera en nuestras emociones, la certeza del control de nuestras preocupaciones, la falta de esto, genera un terrible caos interior, y en el exterior se refleja el agotamiento, irritabilidad, mal estar general, por la constante falta de tiempo en nuestra vida.

Para practicar meditación, solo es necesario aprender a aceptar el ruido exterior, como parte de nuestro mundo, y aquietar nuestra mente, percibiendo el silencio interno, focalizar la atención por unos segundos en algo determinado, ya sea un paisaje, un recuerdo, un sonido dentro de la naturaleza, lo que sea que genere esa paz interior que estamos buscando.

Según el budismo: los pensamientos son como monos divertidos o no tanto, que saltan de rama en rama, siendo la mente el gran árbol, y los pensamientos los monitos.

Se comportan de manera caprichosa, sin que nosotros los podamos controlar. Si no hacemos un esfuerzo, la inercia nos lleva a pasarnos todo el tiempo, esclavizados por el libre juego de estos inquietos pensamientos.
Tratar siempre de tener en cuenta que lo único que de verdad existe: es el momento presente, el aquí y el ahora.

Practiquemos un poco:

Si nos quedamos unos minutos en silencio, cerramos los ojos e intentamos ser conscientes de los pensamientos que pasan por la mente—o sea, si meditamos—, nos daremos cuenta de lo que pasa por nuestra mente durante todo el día.
Para lograrlo es necesario incluir la practica frecuente, del silencio, y esto no quiere decir lejos del ruido exterior, sino en medio de ese bullicio externo hallar lo tan preciado para nuestra mente, EL SILENCIO

·       silencio

No preocuparse por el continuo susurro de la mente.
Los miedos, los deseos, las expectativas, las limitaciones, las creencias, siempre recordar que: "En todos y cada uno de nosotros está toda la felicidad.-
Quizás desfilan muchas cosas por tu mente, y si practicas el no darles la importancia que antes les dabas veras como se consigue aquietar la mente con pensamientos mas claros y direccionado hacia los objetivos que deseas alcanzar.-
Es como un desafío, donde la mente consciente toma el control y conquista la discontinuidad de imágenes generadas por los pensamientos variados y dispersos a lo largo de nuestros días.

·       Meditación

Es observar los diferentes pensamientos como si fuesen una película.
Si fijamos nuestra atención, nos daremos cuenta de que hay un instante muy corto entre pensamiento y pensamiento en que no pasa nada, en que no pensamos nada, en que no oímos nada. Ese es el silencio interior.




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